TEORÍAS DEL ÁNGEL

Inmejorable oportunidad para disfrutar de la obra de Salud Parada Morollón, pintora abulense y salmantina, discípula predilecta del pintor vallisoletano Mariano Álvarez del  Manzano, de quien heredó la pasión por el arte, como Belleza y Verdad, en un absoluto dominio del dibujo y la forma, aspectos esenciales que prevalecen, siempre claros, sobre la materia. 

El desafío de teorizar en el arte sobre el concepto del ángel como intermediario entre lo superior y lo inferior, el mediador entre lo celeste y lo terrestre, entre lo divino y lo humano. Y, al margen de creencias, simplemente entre lo que desconocemos (que aún es mucho) y nuestra cotidianidad, entre el misterio de la existencia y lo más real. Para ello, la pintora y escultora necesita de su visión particular del mundo, de determinadas lecturas, pero sobre todo de una técnica para fijar ese símbolo lleno de significados, difuso, pero a la vez concreto. Y aquí es donde aparecen los colores nuevos, amargos unas veces, dulces otras, velados casi siempre, de su pintura. Y ese temple o hieratismo fértil que sus manos ponen en el barro manso de sus terracotas, aunque a veces el ángel descanse, sentado en paz, bajo unas alas de acero.

Se dice que la obra de Parada Morollon no necesita firma para ser reconocida. En su pintura los trazos básicos de sus personajes principales se muestran siempre firmes e indelebles. Nunca quedan desdibujados, por más que se entremezclen con otros complementarios, de leves presencias, aunque de esenciales detalles. Y en la escultura alcanza la cima de su arte: portentosas y humanas geometrías como aristas estallando de iluminadas sombras donde nada falta ni sobra en sus figuras del mundo clásico y de hoy.